Ernesto Valdés Jane Adé Yerí
Las prácticas religiosas traídas por las mujeres y hombres africanos durante la cruel e infrahumana trata esclava que se han conservado en Cuba durante siglos y que de Cuba se han difundido por el Mundo han pasado a ser más que una fe, un modo de vivir integrado en todos los pasos de la vida de muchas personas. Su primer principio es mantener armonía y equilibrio en el flujo de energías entre lo material y lo espiritual, que juntas componen la vida en el universo.
A partir de los años 90 del pasado siglo, los ritos y las ceremonias de las religiones cubanas de origen africano, Osha-Ifá y la religión Bantú, entre otras, han aumentado su presencia en las comunidades, principalmente entre los pobladores de las ciudades. Con este aumento de ritos y ceremonias hay que trabajar para que estas acciones no impliquen situaciones ambientales que puedan resultar inadecuadas para los seres humanos y el medio ambiente.
De acuerdo con las tradiciones y costumbres de estas religiones, los animales destinados a las ofrendas nunca fueron tantos ni la primera alternativa preguntada para ser dedicados a los Orishas. En aquel entonces y en muchos lugares todavía, las primeras preguntas que se hacían eran sobre distintos elementos no sólo sencillos y fáciles de obtener en el entorno, sino que, además, no implicaban para el consultado o para el mismo sacerdote recursos que no estuvieran al alcance de su mano.
La ofrenda de animales, aunque básica y fundamental en las ceremonias de Iniciación y ultra importantes en casos de vida o muerte, era aparte de estas circunstancias, rara vez requerida pues existían otras variantes muy a tono con el entorno. Este tipo de ofrenda estaba reservada para la Iniciación donde el cuerpo y espíritu de aquellos animales eran-aún lo son-los portadores de cierto tipo de energías y vibraciones capaces de despertar espiritualidades.Otro asunto importante en la manipulación religiosa de la ofrenda es la disposición final de ella misma y su colocación en una posición o área específica “preguntada” y adonde se supone que las recibiría el Osha u Orisha en cuestión.
También es importante disponer adecuadamente de los sobrantes no útiles. Era una fuerte tradición, y todavía lo es, para algunas casas-templo, disponer de la ofrenda envuelta en papel de estraza, el popularmente conocido como “papel de cartucho”. De esta forma, al descomponerse en pocos días, se garantizaba el ciclo de retorno a la Naturaleza de los elementos y energías con las que se relaciona, además de ubicarla en una posición discreta y protegida de la acción de intrusos. Ahora, es necesario disponer adecuadamente de las ofrendas según las posiciones “preguntadas” para que no se creen conflictos de credibilidad para el sacerdote al tener o no efecto la obra que se derivó de una ceremonia o rito específico. Al no llevar la ofrenda al lugar señalado, dígase la manigua, la orilla del río (en el campo) la costa o la playa solitaria, al pie de una Ceiba o de una palma que se encuentren en áreas sub-urbanas o rurales, entonces el mensaje que llevan no llega a ningún Orisha u Osha. Forma parte del sistema religioso y su concepción más tradicional las “posiciones” donde los Oshas y Orishas reciben las ofrendas.
Desconocer esta verdad constituye un error garrafal pues todo esfuerzo que se haga, si no tiene su destino en las “posiciones”, es nulo.En relación a los derivados resultantes de las ofrendas, desde la antigüedad estos se han enterrado en posiciones preconcebidas para evitar que la pudrición de los desechos afecte la comunidad con los malos olores.Es importante hacer una correcta disposición de los desechos y evitar el uso de bolsas de nailon (nylon) porque puede retrasar el ciclo de retorno y aumentan los olores desagradables por doquier.
Al mismo tiempo habrá que evitar que, si se usan, se dispongan de estas bolsas en sifones, tragantes y cualquier otro lugar inadecuado ocasionando obstrucciones de los drenajes de la ciudad para evitar daños al medio ambiente. Las personas a cargo de disponer de los desechos, deben hacerlo de la forma apropiada.Este es un motivo básico para que los padrinos desarrollen acciones con sus ahijados de educación ambiental que sean capaces de llevar a ellos lo mejor y más auténtico de esta cultura, basándose en los códigos éticos, las tradiciones y costumbres, que ayuden y estimulen a conocer, rescatar y practicar las conductas más adecuadas, para lograr una mejor calidad de vida y una relación más amigable con el entorno en cada una de las comunidades donde se practique Osha-Ifá u otras religiones cubanas de origen africano.
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